Eleonor Hellway

Morocha, el pelo cae a su alrededor en forma de rulos o bucles, que con el viento suelen moverse de forma gracil. Ni muy alta, ni muy bajita, estatura promedio. Curvas prominentes, y una elegante delgadez. Ojos color...Color celestes, aunque son mas bien color del tiempo. Una bonita nariz, y labios voluptuosos. Es bonita sin duda alguna. Le gusta vestir con ropas ajustadas, y de colores obscuros, negros y rojos en su mayoria. Botas, si, siempre, le encantan. Siempre hace uso de sus formas femininas para atraer la mirada del sexo opuesto. Sabe que puede controlarlos con el simple pestaneo de sus ojos.

Mujer misteriosa si las hay. Creerás que la conoces, pero la verdad es que siempre hay algo de ella que resultará una sorpresa. Observadora como ninguna otra, ella verá detalles en ti de los que ni siquiera estabas enterado. Tiene el poder para mandarte al demonio, y créeme, que lo hará si lo cree necesario. Porque suele sentirse superior al resto, suele mirar por encima de su hombro con desdén a aquellos que cree desmerecedores de su atención. No desperdiciará ni su tiempo ni sus palabras en personas incapaces de entender las cosas. Los ignorantes pueden irse al diablo.

Esto es un juego, y Eleonor ganará siempre. Es su objetivo y lo único que la mantiene entretenida. La caza, la adrenalina. Oh, ella es una adicta a ese tipo de cosas. Velocidades, peligros, y aquello que a cualquiera podrá parecerle una tremenda locura, a ella le parecerá el más divertido de los juegos. Su semblante se mantiene serio, distante. Es que debe tener una especie de fachada para su trabajo y el importante rango que desempeña. Podrán pensar que apenas tiene tiempo para ella misma, pero si algo tiene es equilibrio, y logra tener un tiempo para cada cosa.

¿Quién se esconde bajo esa mascara? ¿Qué es lo que hay debajo de ese semblante frío? Querrás descubrirlo y no podrás. Porque Eleonor es una mujer implacable, indomable. Nació para ser libre, sin ataduras. Nació para hacer lo que se le de la gana, y nadie se atreve a decirle lo contrario. Impone respeto, y también lo tiene ganado. Jugará con tu mente y caerás en sus garras, creerás que la tienes en la palma de la mano, y al último segundo te darás cuenta de que era totalmente al revés. Tú serás la marioneta y ella tirará de los hilos.

Impredecible. Nunca sabrás para donde saldrá disparada. Con una sonrisa puede tener a todos bajo sus pies, con una mirada puede provocar temblores. Así de potente es su voluntad. Si quiere romperte la cara, lo hará sin remordimientos, y si quiere besarte, lo hará antes de que puedas siquiera considerar lo afortunado que eres. Pasional, no cree en el amor, pero ¿Quién lo necesita cuando puedes entregarte a esos hermosos juegos carnales? Posesiva, celosa y demasiado protectora con los que quiere. Si, ella en el fondo tiene un corazón. En el fondo es como cualquier otra persona normal. Pero en el fondo, donde nadie puede verlo.

Donde cae la pasión, caen los problemas, y fue aquello lo que ocurrió a la familia Hellway. Ambas personas ocupadísimas para desperdiciar el tiempo con un hijo, ambos paladines entrenados y con cargos jerárquicos demasiado alto para dejarlo todo en la crianza de un bebe. Tendrían que haberlo pensado mejor antes de querer jugar sin protección. Porque nueve meses más tarde de ese pequeño accidente, nació Eleonor. Una bebe que tenía un destino marcado, y un legado que no podría rechazar.

No dejen que el hecho de ser un accidente les quite el sueño. Ella nunca lo supo ni sabrá. Fue criada con las mejores de las educaciones, vamos, su familia es adinerada y no pensaban escatimar en gastos en su primogénita. No le demostraron mucho afecto, pero que la querían, la querían, por ello le daban todos los lujos que una personita pudiera querer. Juguetes, ropa, y más juguetes. Todo el mundo creía que era una niña normal, que esa familia era perfecta y todos deseaban ser como ellos.

Pero bajo esa fachada, se escondía la realidad. Eleonor, era entrenada todos los días para convertirse en una de los mejores paladines que alguna vez hayan existido. Tenia que hacer orgullosos a sus padres, por lo que practicaba día y noche sin descanso. Asistía a misa, y si alguna vez se olvidaba de rezar, ella misma se encargaba de purificar su alma de esos sucios pecados. Oh, porque la familia Hellway era y es religiosa en extremo. Nunca los veras faltar a misa ni a ninguna convención religiosa. No se lo permiten.

Así pasaron sus años. La adolescencia solo provocó un poco mas de madurez, y la formación de esa personalidad avasallante. A los 17 años, comenzó sus primeras caserías, guiada por sus padres, por supuesto y con éxito logró la baja de varios monstruos, como ella solía llamar a los Jumper. Siempre los detestó, pero sabia lidiar con ese sentimiento que llevaba. Año tras año, las caserías aumentaban, y sus padres solo aumentaban en orgullo.

Eleonor entró a trabajar en la empresa de su padre, convirtiéndose en una mujer bastante ocupada, pero siempre encontraba la manera de tener su propio tiempo. Ocurrió una desgracia ese mismo año. Un maldito Jumper decidió que era hora de terminar con la familia Hellway. Asaltó la casa de ellos, y atacó a los padres de Eleonor. La lucha fue ceñida, pero la familia no estaba preparada, y ambos, padre y madre, murieron en el duelo. Eleonor, que se encontraba de viaje, volvió para encontrarse con el desastre que habian sembrado. Ahora su ira solo va creciendo con el paso del tiempo. No parará hasta terminar con aquellos que osan desafiar a Dios. Y busca especialmente a aquel Jumper que acabó con la vida de sus padres.